Una serenata sorpresa en Roma durante un crucero por Europa

Princess nos regala historias maravillosas y únicas sobre experiencias que comparten sus huéspedes durante sus viajes ¡Únicos e irrepetibles! Esta vez queremos compartir con ustedes la anécdota más romántica que conocemos, donde “Donna y su esposo, Bill, posan frente a la Fontana de Trevi en Roma, llueva o truene”.

“Finalmente llevé a mi esposo a Europa en un crucero… ¡Y qué manera de hacerlo! El crucero Crown Princess navegando desde Ft. Lauderdale a Roma lo sedujo para que finalmente aceptara el largo vuelo de línea aérea desde Roma de regreso a casa.

Al principio, las vacaciones en crucero tenían ocho días completos en el mar, así que pensé que sería nuestra prueba de matrimonio. Pero con tanto que hacer a bordo, nunca abrimos nuestros libros. (¡Así que supongo que pasamos nuestra prueba!).

Nuestros puertos de escala fueron fascinantes: los monos de Berbería en Gibraltar fueron muy interesantes, y las ciudades en las laderas de Guadalest en España y Les Baux de Provence en Francia fueron hermosas. Pero lo más destacado de nuestro viaje llegó a Roma, con una serenata sorpresa poco después de nuestra llegada.

Esperábamos ver las maravillas habituales de esta increíble ciudad, lo mejor de Roma : las ruinas romanas del Coliseo y el Foro; la Plaza de San Pedro y la Capilla Sixtina en la Ciudad del Vaticano; y puntos de referencia como la Fontana de Trevi y la Plaza de España.

Este último lugar resultó ser el primero que visitamos ¡Y nos llevamos una sorpresa! Naturalmente, nuestra habitación de hotel no estaba lista y, para colmo, estaba lloviendo a cántaros. Pero, como mi marido nunca había estado en Roma, no íbamos a perder el tiempo, así que le dije que saldríamos a caminar por la zona y, por suerte, la Plaza de España estaba cerca.

Nos agachamos bajo los paraguas y subimos a lo alto de las escaleras. Este no es un logro pequeño, incluso cuando no llueve, ya que la escalera completa tiene más de 130 escalones. Técnicamente, las escaleras se llaman “Scalinata della Trinità dei Monti”, pero se ganaron su apodo más común porque ascienden desde la Piazza di Spagna.

Dejó de llover cuando llegamos a la cima. Así que empezamos a caminar más despacio por los escalones y llegamos hasta el primer rellano antes de darnos cuenta de que, de repente, había guardias de seguridad por todas partes. Vimos que el rellano estaba vacío porque la gente se había movido para pararse a los lados.

De repente, cuatro personas aparecieron en este “escenario”. Primero me llamó la atención un hombre pelirrojo. Le dije a mi esposo: “Mira, es el médico pelirrojo de ‘ER’, Scott Grimes”. Luego miré al segundo hombre y dije: “¡Espera, ahí está Russell Crowe!”. La tercera persona tenía un aspecto muy familiar, resulta que era Kevin Durand. Lo conocíamos de varios episodios de “Lost”. La última persona tenía una guitarra y luego lo identificamos como Alan Doyle.

Los cuatro comenzaron a cantar. Cantaron “Beautiful Girls”, “Man in the Mirror” y un par de canciones más. Tuvimos suerte, nuestra caminata improvisada nos llevó a la primera fila y al centro de la actuación, por lo que teníamos una vista sin obstrucciones durante todo el evento, un punto de vista perfecto mientras hacía malabarismos con mi cámara en una mano y una mini videocámara en la otra. Después de una serenata de 15 minutos, dijeron “gracias” y se fueron.

Como si fuera una señal, en ese momento comenzó a llover a cántaros nuevamente, así que regresamos a nuestro hotel. El recepcionista nos dijo que Russell Crowe es muy popular en Roma por la película “Gladiator” y que era el décimo aniversario de la película.

Una pequeña búsqueda en Internet una vez que regresamos a casa reveló aún más. Parece que estábamos en Roma para el fin de semana de estreno europeo de la película de Russell “Robin Hood” y que el resto de los cantantes eran sus “hombres alegres” realizando alguna publicidad cinematográfica inusual. También descubrimos que estamos en todo YouTube porque fuimos capturados en video por cualquiera que filmara desde el lado derecho.

Fue una buena manera de comenzar nuestro tiempo en Roma. Pudimos ver muchos de los lugares que han hecho famosa a la ciudad a lo largo de los siglos, y fue una manera maravillosa de culminar nuestro crucero transatlántico y el primer viaje de mi esposo a Europa. Sin embargo, tenía que decirle que no siempre te dan serenatas las estrellas de cine”.

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